Bon Voyage: "Costa Rica"

Algunos de vosotros, al ir comentando por twitter y colgando fotos en instagram durante mis vacaciones en Costa Rica, me preguntábais si no iba a hacer ningún post con imágenes y referencias a los lugares que merecían la pena.

Lo prometido es deuda, y aquí va, aunque antes - para ser sincera- tendría que decir que me ha costado mucho elaborar este post. Escoger las fotos ha resultado complejo, y es que el país es tan maravilloso, y los paisajes naturales son tan de quedarse con la boca abierta, que... ¡no sabía por dónde empezar!.

 Gracias, como siempre, a Mr. Lbd =)  - David, ¡qué arte tienes con una cámara en la mano!- Todas las fotos (exceptuando las aéreas de los hoteles) son originales, hechas durante las vacaciones. Espero que tras echar un vistazo os den ganas, como a mí,  de coger directamente un avión rumbo San José. Os aseguro que merece la pena.

Costa Rica está situado en un enclave privilegiado, colocada entre el Mar del Caribe y el Océano Pacífico, son muchas las playas que adornan sus costas. Si tuviera que escoger una de las dos... quizá el Pacífico: playas salvajes, inmersas en medio de la selva...

La temperatura del agua en ambas costas ¡ronda los 28 grados!.

Si bien arquitectónicamente hablando Costa Rica no es un país interesante, su entorno natural es un paraíso de ensueño.

No me extraña que la consigna de los costarricenses sea la expresión ¡Pura Vida!, la utilizan hasta como saludo.

Pocos países tienen una comunión tan grande con su medio ambiente, fauna y flora. La conciencia medioambiental es envidiable ya desde la infancia. Por suerte, pude visitar un colegio  y observar con asombro cómo el cuidado de la naturaleza es un pilar en la educación.

 Aún nos queda mucho que aprender.

Santuario de perezosos, mariposarios... todo forma parte del día a día de un costarricense. Ir por una carretera y parar el coche porque estás viendo monos aulladores (allí les llaman Cocos), perezosos o caimanes, es algo que, después de 21 días nos llegaba hasta a parecer normal.

 ¡Qué lujo!

El carácter amable de la gente, frutas de cuyos nombres jamás habíamos tenido conocimiento,  una gastronomía exquisita y variada, y unos hoteles maravillosos enclavados en el paraíso (os recomiendo sin lugar a dudas el hotel Reserva Conchal en el Pacífico: perfecto), ponen un broche de oro a un destino al que - pese a los muchos lugares que aún me quedan por conocer- espero volver.

Hicimos buenos amigos: Chus, el simpatiquísimo y futbolero conductor que nos llevaba a todos de una punta a otra del país, Mónica, que nos descubrió playas imposibles por caminos insondables, Vanessa, que se emocionó con nosotros en Tortuguero, Julia y Marianela, con su cariño, su hospitalidad y por hacernos sentir en casa y - cómo no-, Valdemar, que desde la alcaldía en su Salzburgo natal, se fue a Costa Rica para montar un maravilloso hotel (Cristal Ballena).

Gracias por ayudarnos a amar vuestro bellísimo país.

Espero que disfrutárais del post, tanto como yo de elaborarlo. Y... a viajar a Costa Rica!!!!.

                                                             ¡Feliz Fin de Semana!

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